El divorcio es un proceso complicado y estresante, y una de las muchas preocupaciones que tienen las parejas que se separan es el futuro de su vivienda habitual. En este artículo, discutiremos qué ocurre con la vivienda habitual en caso de divorcio y cómo se resuelve esta cuestión.
El divorcio es un proceso complicado y estresante, y una de las muchas preocupaciones que tienen las parejas que se separan es el futuro de su vivienda habitual. En este artículo, discutiremos qué ocurre con la vivienda habitual en caso de divorcio y cómo se resuelve esta cuestión.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que, en caso de divorcio, la vivienda habitual puede considerarse un bien ganancial, es decir, que pertenece a ambos cónyuges en partes iguales. En este caso, se deberá acordar entre ambas partes qué ocurrirá con la vivienda. Si se llega a un acuerdo amistoso, se puede decidir vender la vivienda y dividir el dinero obtenido entre ambos cónyuges, o uno de ellos puede comprar la parte del otro y quedarse con la vivienda.
En caso de no llegar a un acuerdo, puede ser necesario acudir a los tribunales para que un juez dictamine la solución. En este caso, el juez tendrá en cuenta diferentes factores, como quién tiene la custodia de los hijos, quién tiene mayores ingresos o quién tiene más necesidad de la vivienda, entre otros.
Si uno de los cónyuges decide quedarse con la vivienda, deberá comprar la parte del otro cónyuge. En este caso, se deberá realizar una tasación de la vivienda para determinar su valor y establecer un precio justo para la compra de la parte del otro cónyuge.
En cualquier caso, es importante tener en cuenta que el proceso de división de la vivienda habitual en caso de divorcio puede ser complicado y estresante, por lo que se recomienda buscar asesoramiento legal para garantizar que se llegue a una solución justa y equitativa para ambas partes.
En resumen, la vivienda habitual puede considerarse un bien ganancial en caso de divorcio, por lo que deberá acordarse entre ambas partes qué ocurrirá con ella. En caso de no llegar a un acuerdo, un juez determinará la solución teniendo en cuenta diferentes factores. Es importante buscar asesoramiento legal para garantizar una solución justa y equitativa.